Diabetes y depresión

Es normal sentirse deprimido de vez en cuando. Pero algunas personas sienten una tristeza que simplemente no se va. La vida parece un caso perdido. Y sentirse de esta manera durante gran parte del día por un lapso de dos semanas o más es una señal de una depresión profunda.

La mayoría de las personas con diabetes no se deprimen en cualquier momento. Sin embargo, existen estudios que demuestran que las personas con diabetes tienen un mayor riesgo de padecer depresión que las personas que no padecen esta enfermedad. No hay respuestas sencillas acerca de por qué esto es verdad.

El estrés que provoca manejar la diabetes a diario puede colaborar. Es posible que usted se sienta solo o al margen de sus amigos y familiares debido a todo este trabajo adicional.


Si se encuentra ante complicaciones de la diabetes como lesiones nerviosas, o si tiene problemas para mantener los niveles deseados de azúcar en la sangre, es probable que sienta que pierde el control sobre su diabetes. Aun la tensión entre usted y su médico puede hacer que se sienta frustrado y triste.

Al igual que la negación, la depresión puede introducirlo en un círculo vicioso. Y es posible que sea un obstáculo para una buena atención personal de la diabetes. Si está deprimido y se siente sin energía, existen muchas probabilidades de que tareas tales como el control frecuente del nivel de azúcar en la sangre le resulte demasiado. Si se siente tan ansioso que no puede pensar correctamente, será difícil que pueda seguir una buena dieta. Es posible que no tenga ningún deseo de comer. Y evidentemente, esto afectará sus niveles de azúcar en la sangre.

¿Qué hacer?


El primer paso es reconocer la depresión. El segundo es buscar ayuda. Si se ha sentido verdaderamente triste, infeliz o con el ánimo por el suelo, compruebe si tiene estos síntomas:

  • Pérdida del placer: Ya no se interesa en realizar actividades que antes disfrutaba.


  • Cambios en el patrón de sueño: Tienen problemas para dormirse, se despierta con frecuencia durante la noche o desea dormir más de lo habitual, incluso durante el día.


  • Madrugar: Se despierta más temprano que de costumbre y no puede volver a dormirse.


  • Cambio del patrón alimenticio: Usted come más o menos de lo que solía, y como resultado se produce un aumento de peso o una baja de peso abrupta.


  • Problemas para concentrarse: No puede mirar un programa de televisión o leer un artículo porque otros pensamientos o sentimientos se interponen.


  • Pérdida de energía: Se siente cansado todo el tiempo.


  • Nerviosismo: Se siente tan ansioso todo el tiempo que no puede sentarse tranquilo.


  • Culpa: Siente que usted “nunca hace nada bien” y le preocupa ser una carga para los demás.


  • Tristeza matinal: Se siente peor por la mañana que durante el resto del día.


  • Pensamientos suicidas: Siente que desea morirse o piensa en modos de lastimarse.

Si usted tiene tres o más de estos síntomas, o si tiene solo uno o dos pero se ha sentido mal durante dos semanas o más, es tiempo de que busque ayuda.

Cómo buscar ayuda


Si siente síntomas de depresión, no se los guarde. Primero, hable de ellos con su médico. Es posible que haya una causa física para su depresión.

La diabetes que está mal controlada puede provocar síntomas similares a los de la depresión. Durante el día, los niveles altos o bajos de azúcar en la sangre pueden provocarle cansancio o ansiedad. Bajos niveles de azúcar en la sangre también pueden hacer que sienta hambre y que coma demasiado. Si usted tiene niveles bajos de azúcar en la sangre por la noche, es posible que se levante muchas veces a orinar y que después se sienta cansado durante el día.

Otras causas físicas que provocan depresión pueden incluir:

  • alcoholismo o drogadicción


  • problemas de tiroides


  • efectos secundarios de algunos medicamentos

No deje de tomar los medicamentos sin decírselo a su médico. Su médico podrá ayudarlo a descubrir si la raíz de ese sentimiento de tristeza se encuentra en un problema físico.

Si usted y su médico descartan las causas físicas, es muy probable que su médico le recomiende que consulte con un especialista. Quizás pueda hablar con un psiquiatra, un psicólogo, un enfermero psiquiátrico, un asistente social clínico matriculado o un consejero profesional. De hecho, es posible que ya trabaje con profesionales de la salud mental en un equipo para el tratamiento de la diabetes.

Todos estos profesionales de la salud mental pueden guiarlo a través de la turbulencia que implica la depresión. En general, existen dos tipos de tratamientos. Uno es la psicoterapia o la orientación. El otro son los antidepresivos.

La psicoterapia con un terapeuta bien capacitado puede ayudarlo con los problemas que trae aparejados la depresión. También puede ayudarlo a hallar formas para aliviar el problema. La terapia puede ser breve o prolongada. Debe asegurarse de sentirse cómodo con el terapeuta que elija.

Si le recomiendan tomar medicación, deberá consultar con un psiquiatra (un médico con una capacitación especial en cuestiones relacionadas con el diagnóstico y tratamiento de desórdenes mentales o emocionales). Los psiquiatras son los únicos profesionales de la salud mental que pueden indicar medicación y tratar las causas físicas de la depresión.

Si usted decide intentar con antidepresivo, consulte con el psiquiatra y con su proveedor de atención médica primaria acerca de los efectos secundarios, incluso acerca del modo en que ese medicamento puede afectar sus niveles de azúcar en la sangre. Asegúrese de que los médicos consulten sobre su atención toda vez que sea necesario. Muchas personas obtienen buenos resultados con una combinación de medicación y psicoterapia.

Si tiene síntomas de depresión, no espere demasiado para buscar ayuda. Si el profesional de la salud que lo atiende no puede recomendarlo con un profesional de la salud mental, comuníquese la asociación de psiquiatría del lugar donde usted vive o con el departamento de psiquiatría de alguna facultad de medicina, o con la sede local de organizaciones para asistentes sociales especializados en psiquiatría, psicólogos o consejeros. La sede local de la American Diabetes Association también puede ser una buena fuente para consultar consejeros que han trabajado con personas con diabetes.

Fuente: American Diabetes Association