Si hay alguien experto en pescar en río revuelto, ése es Emilio Botín. Mientras el grueso de las entidades españolas sigue diciendo que la crisis inmobiliaria "no es para tanto" y que apenas les va a afectar a ellas, el Santander ha asumido la cruda realidad y ha dado el primer paso para aprovecharse de ella. Algo que es habitual en el banco, que hace dos años también rompió el mercado con la supresión de comisiones a buena parte de sus clientes.
Así, su filosofía es que, si se han dejado de vender casas y, en consecuencia, no se conceden más hipotecas, el crecimiento debe venir quitándole los clientes a las demás entidades. Para ello, ha lanzado una hipoteca a un tipo muy atractivo (euribor más 0,25 puntos) para aquellos que traigan su crédito de otra entidad.

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